
Las emociones y cómo nos afectan
La Psicología científica afirma que tres son los pivotes sobre los que se asienta nuestra forma de actuar en la vida: Las cogniciones, las emociones y la conducta.
Las cogniciones son los pensamientos, los razonamientos, nuestra forma de pensar, en definitiva de cómo procesamos la información que llega constantemente a nuestro cerebro a través de los sentidos.
En cómo procesamos la información tiene mucho que ver la educación, la cultura y los ejemplos que hemos tenido en nuestra infancia y pre-adolescencia. Nuestras actitudes ante la vida vienen marcadas con preferencia por los estereotipos que hemos ido aprendiendo, principalmente de nuestros referentes y modelos sociales (familiares, maestros, estudios, amigos y los medios de comunicación, principalmente la televisión y el cine)
No reacciona igual una persona nacida en la India o China que otra nacida y educada en Francia o España, por ejemplo.
Pero no solo las cogniciones son el fundamento de nuestra personalidad y de las reacciones que tenemos ante las vicisitudes de la vida. En un plano muy importante están las emociones.
Las emociones también están mediadas por nuestra cultura aprendida, y la herencia genética de nuestros progenitores. Dependen también del funcionamiento de nuestro sistema nervioso y de su sensibilidad, así como de la interpretación que damos a los acontecimientos que nos ocurren constantemente.
Las emociones son lo que nos hace reaccionar ante situaciones concretas, de una manera o de otra, unas veces sintiendo miedo, otras, alegría, otras, sufrimiento, otras asco o repulsión, otras ansiedad, otra depresión, otras placer, o esa emoción tan importante y escurridiza y multiforme en su definición como es el amor.
Saber manejar las emociones, sobre todo las negativas es muy importante para nuestra salud mental y física. No pocas enfermedades se somatizan debido a una emoción negativa que persiste en el tiempo.
La depresión por ejemplo, además de sumirnos en un perfil vital muy bajo, afecta negativamente al sistema inmunitario que nos protege de infinidad de enfermedades, incluso del cáncer. Por otra parte, los medicamentos antidepresivos producen una cantidad enorme de efectos secundarios nocivos, además de dependencia y de posibles ideaciones suicidas.
Pero todavía hay un elemento más que afecta a nuestra personalidad, la conducta, lo que hacemos diariamente. Hoy sabemos que el comportamiento, nuestros hábitos no solo son en gran parte el resultado de nuestras cogniciones y emociones, sino que además, la propia conducta por sí misma influye en nuestra manera de ver y actuar en la vida.
Una armonía entre pensamientos, emociones y conducta es la receta perfecta para evitar enfermedades y problemas mentales, en definitiva, para alcanzar y mantener esa paz interior que todos anhelamos y que es la semilla del bienestar y la felicidad.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) describe el estado saludable como una armonía y sensación de bienestar físico y psicológico, ya que ambos están estrechamente relacionados.
En la asociación “Universo Dharma, un camino”, tendremos talleres de gestión de las emociones, para aprender a gestionarlas adecuadamente y evitar que nos dominen y caigamos en la ansiedad crónica o la depresión.
Bienvenid@s.
José Luis García